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El riesgo, un factor omnipresente en la vida del emprendedor

El riesgo, un factor omnipresente en la vida del emprendedor

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“Si todo parece estar bajo control, no estás yendo lo suficientemente rápido”

Mario Andretti, expiloto de automovilismo ítalo-estadounidense.

En general, los conocimientos financieros de aquellas personas que se introducen en el mundo del emprendimiento son muy escasos. Y es una pena, pues disponer de estos conocimientos es algo que aumentará las posibilidades de emprender con éxito.

Con la finalidad de aportar algo en este sentido, hoy queríamos hablar de algo que siempre acompañará al emprendedor a lo largo de todo su camino: el riesgo.

A la hora de invertir, el riesgo es la variabilidad de la rentabilidad sobre el capital invertido a lo largo del tiempo, y en el caso de un emprendedor la rentabilidad o pérdida son siempre inciertas y fluctuantes.

Es importante que el emprendedor, consciente de que el capital comprometido en su negocio está expuesto a posibles pérdidas, conozca la importancia de diversificar parte de su patrimonio personal en otros tipos de activos, como una vivienda o un colchón de liquidez.

Para conseguir esto una opción que existe es permitir que la empresa tenga otros accionistas, lo que permite comprometer un capital personal menor y rebajar el riesgo sobre el patrimonio total.

Muchas veces el emprendedor se empecina en que tiene que ser accionista mayoritario, sin importarle (o sin darse cuenta) que esto limita el crecimiento de su empresa, exponiendo además un porcentaje importante de su patrimonio personal al darle la espalda a la diversificación. Es una estrategia que puede generar riqueza, pero también es posible que ocurra justo lo contrario.

A la hora de tomar decisiones empresariales, el riesgo es un factor que debemos tomar en cuenta. Asumimos ese riesgo por una motivación económica, y creamos valor cuando la rentabilidad de la empresa supera el coste de oportunidad, que es la rentabilidad que se obtendría en otras inversiones similares. Y el coste de oportunidad lo marca el riesgo de la empresa en cuestión, que podríamos dividir en el riesgo operativo y el riesgo derivado del financiamiento.

Existen dos grandes clasificaciones de riesgo que los emprendedores y dueños de negocios deben conocer. Se trata del riesgo que se genera por el funcionamiento del negocio (el operativo) y el riesgo que existe alrededor de las deudas adquiridas al haber buscado financiación. Seguidamente, los explicamos en detalle:

  • Riesgo operativo. Es la volatilidad del beneficio operativo frente a las fluctuaciones en las ventas. Si las ventas de una empresa crecen en 20% y se mantiene el margen operativo (beneficio dividido por ventas), los gastos operativos también habrán aumentado 20%. Como los gastos fijos no varían en el corto plazo, un aumento o caída de las ventas tendrá un impacto mayor sobre el beneficio.
    Las empresas con un margen operativo ajustado y costos fijos elevados tienen un riesgo muy alto. Por eso necesitan desarrollar estrategias alternas que reduzcan ese riesgo antes de seguir creciendo. Por eso es fundamental conocer el nivel de ventas recurrentes (solo las ventas recurrentes reducen el riesgo), la estructura de costos, el punto de equilibrio (las ventas mínimas necesarias para que el beneficio operativo sea igual a cero) y el margen operativo.
    Manejar estos datos permitirá al emprendedor tomar decisiones racionales porque estará consciente del riesgo operativo de su empresa.
  • Riesgo derivado del endeudamiento. Cuando se utiliza una deuda para financiar una empresa, el emprendedor expone el beneficio neto de la empresa a una volatilidad adicional a la ya asumida a nivel de beneficio operativo, ya que el gasto por intereses no se ajustará a las fluctuaciones de este último.
    Las empresas con menor riesgo operativo pueden asumir un mayor riesgo en el financiamiento porque tienen un margen operativo más alto o estable. Las empresas con un bajo margen operativo y una elevada proporción de gastos fijos sobre el total de sus gastos deben ser especialmente cautelosas en el uso de la deuda.
    Finalmente, lo importante es reconocer que para obtener grandes ganancias extraordinarias hay que estar dispuestos a correr riesgos. O, como dice Jeremías Martorell, CEO de Martorell Office Group y Martorell Media, “debes estar dispuesto a pagar el precio”.

En general, los conocimientos financieros de aquellas personas que se introducen en el mundo del emprendimiento son muy escasos. Y es una pena, pues disponer de estos conocimientos es algo que aumentará las posibilidades de emprender con éxito. 

Con la finalidad de aportar algo en este sentido, hoy queríamos hablar de algo que siempre acompañará al emprendedor a lo largo de todo su camino: el riesgo.

A la hora de invertir, el riesgo es la variabilidad de la rentabilidad sobre el capital invertido a lo largo del tiempo, y en el caso de un emprendedor la rentabilidad o pérdida son siempre inciertas y fluctuantes.

Es importante que el emprendedor, consciente de que el capital comprometido en su negocio está expuesto a posibles pérdidas, conozca la importancia de diversificar parte de su patrimonio personal en otros tipos de activos, como una vivienda o un colchón de liquidez.

Para conseguir esto una opción que existe es permitir que la empresa tenga otros accionistas, lo que permite comprometer un capital personal menor y rebajar el riesgo sobre el patrimonio total.

Muchas veces el emprendedor se empecina en que tiene que ser accionista mayoritario, sin importarle (o sin darse cuenta) que esto limita el crecimiento de su empresa, exponiendo además un porcentaje importante de su patrimonio personal al darle la espalda a la diversificación. Es una estrategia que puede generar riqueza, pero también es posible que ocurra justo lo contrario.

A la hora de tomar decisiones empresariales, el riesgo es un factor que debemos tomar en cuenta. Asumimos ese riesgo por una motivación económica, y creamos valor cuando la rentabilidad de la empresa supera el coste de oportunidad, que es la rentabilidad que se obtendría en otras inversiones similares. Y el coste de oportunidad lo marca el riesgo de la empresa en cuestión, que podríamos dividir en el riesgo operativo y el riesgo derivado del financiamiento.

Existen dos grandes clasificaciones de riesgo que los emprendedores y dueños de negocios deben conocer. Se trata del riesgo que se genera por el funcionamiento del negocio (el operativo) y el riesgo que existe alrededor de las deudas adquiridas al haber buscado financiación. Seguidamente, los explicamos en detalle:

1) Riesgo operativo. Es la volatilidad del beneficio operativo frente a las fluctuaciones en las ventas. Si las ventas de una empresa crecen en 20% y se mantiene el margen operativo (beneficio dividido por ventas), los gastos operativos también habrán aumentado 20%. Como los gastos fijos no varían en el corto plazo, un aumento o caída de las ventas tendrá un impacto mayor sobre el beneficio.

Las empresas con un margen operativo ajustado y costos fijos elevados tienen un riesgo muy alto. Por eso necesitan desarrollar estrategias alternas que reduzcan ese riesgo antes de seguir creciendo. Por eso es fundamental conocer el nivel de ventas recurrentes (solo las ventas recurrentes reducen el riesgo), la estructura de costos, el punto de equilibrio (las ventas mínimas necesarias para que el beneficio operativo sea igual a cero) y el margen operativo.

Manejar estos datos permitirá al emprendedor tomar decisiones racionales porque estará consciente del riesgo operativo de su empresa.

2) Riesgo derivado del endeudamiento. Cuando se utiliza una deuda para financiar una empresa, el emprendedor expone el beneficio neto de la empresa a una volatilidad adicional a la ya asumida a nivel de beneficio operativo, ya que el gasto por intereses no se ajustará a las fluctuaciones de este último. 

Las empresas con menor riesgo operativo pueden asumir un mayor riesgo en el financiamiento porque tienen un margen operativo más alto o estable. Las empresas con un bajo margen operativo y una elevada proporción de gastos fijos sobre el total de sus gastos deben ser especialmente cautelosas en el uso de la deuda. 

Finalmente, lo importante es reconocer que para obtener grandes ganancias extraordinarias hay que estar dispuestos a correr riesgos. O, como dice Jeremías Martorell, CEO de Martorell Office Group y Martorell Media, “debes estar dispuesto a pagar el precio”.

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