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Design thinking, un concepto clave para potenciar la creatividad en las empresas

Design thinking, un concepto clave para potenciar la creatividad en las empresas

Design thinking 4

El Design thinking es conocido en español como "Pensamiento de diseño", pero no es una herramienta exclusiva del mundo del diseño. Al contrario, este método, desarrollado teóricamente en la Universidad de Stanford en Estados Unidos durante la década de 1970, sirve para crear ideas innovadoras que ofrezcan soluciones reales a las necesidades de los usuarios.

El Design thinking "consiste en mirar el mundo como un diseñador. Y eso significa preguntarte cómo mejorar el mundo desde la perspectiva de un diseñador". Esta explicación de Sandy Speicher, directora ejecutiva de IDEO (la empresa “Interaction Design Foundation”), fue publicada recientemente en BBC Mundo y sienta las bases de la importancia que tiene este concepto para el mundo de los negocios.

De hecho, Speicher, la nueva CEO de esta compañía de diseño global con sedes en Europa, Asia y Norteamérica responsable, destacó a la BBC que el design thinking se puede aprovechar “para involucrar a comunidades en diseñar mejores escuelas, mejores hospitales, sistemas de votación... ¡y tantas otras cosas! Especialmente en esta época de pandemia en la que hay tanto por diseñar y re imaginar”.

Algunos autores hablan de este tipo de diseño como: Human-centered design (diseño centrado en lo humano) ya que su mayor propósito es facilitar el diseño y desarrollo de productos y servicios de cualquier sector o industria, a través de la innovación humana como inspiración.

La ITMadrid IT Business School resume en 5 las etapas que deben seguirse para llevar a cabo el Design thinking:

  1. Empatizar. Al ser una metodología basada en atender las necesidades de las personas, es fundamental conectar con otros y para ello, hay que realizar acercamientos que permitan conocer mejor a los clientes o usuarios. Algunas de las herramientas que pueden aprovecharse son las entrevistas de profundidad, los focus group, la observación y la creación de comunidades en redes sociales, como, por ejemplo, grupos de Facebook.
  2. Definir. Este segundo paso consiste en delimitar el problema a resolver, es decir en estructurar eficientemente el objetivo que guiará el trabajo a desarrollar. Para lograr esto será necesario evaluar el contenido recopilado durante los acercamientos con la audiencia, así como comparar con estudios de mercado existentes.
  3. Idear. Esta etapa se resume en “Innovación”, ya que será el proceso en el que todo el equipo deberá plantear tantas soluciones e ideas como considere posible para darle respuesta al problema planteado y así atender a las necesidades de las personas. Es fundamental no tener restricciones creativas en este proceso porque de las ideas más descabelladas pueden surgir grandes soluciones.
  4. Prototipar. Una vez seleccionada la “Idea ganadora” se debe ejecutar, es decir, a producir un prototipo que permita poner a prueba la solución desarrollada. Este proceso se trata de comprobar cuán viable y manejable es una idea, así como de probar su funcionamiento.
  5. Probar. La última etapa del Design thinking se trata de dar a conocer el prototipo desarrollado para conocer el feedback de las personas que finalmente serán sus usuarios/consumidores.

Pero ¿es posible adaptar esta metodología basada en el diseño a cualquier industria o sector comercial? De acuerdo con Sandy Speicher, “cuando aplicas el Design thinking a un negocio empieza a cambiar la manera de trabajar”, ya que promueve la colaboración y el desarrollo de ideas. Es en ese sentido, que se ha convertido en una pieza fundamental para múltiples aspectos de las empresas, ya que permite, potenciar el trabajo en equipo y le da voz a miembros del equipo que tal vez antes no expresaban sus ideas. Algunas de las áreas en las que el Design thinking apoya a los dueños de empresas son:

  • Impulsar la sustentabilidad en los negocios
  • Implementar estrategias digitales internas y para los clientes
  • Resolución de retos
  • Optimización de productos y servicios
  • Generación de nuevas ideas

Es, en definitiva, una herramienta para potenciar la creatividad y como tal siempre será una gran aliada para cualquier negocio, marca o emprendimiento. Es como señala Saúl Loriente, fundador y CEO de Design Thinking España: "Una mentalidad innovadora es creativa, tiene iniciativa y no le da tanto miedo equivocarse. A una mentalidad creativa le gusta explorar nuevas relaciones entre cosas, trabaja en equipo y no da nada por sentado".

El Design thinking es conocido en español como «Pensamiento de diseño», pero no es una herramienta exclusiva del mundo del diseño. Al contrario, este método, desarrollado teóricamente en la Universidad de Stanford en Estados Unidos durante la década de 1970, sirve para crear ideas innovadoras que ofrezcan soluciones reales a las necesidades de los usuarios. 

El Design thinking «consiste en mirar el mundo como un diseñador. Y eso significa preguntarte cómo mejorar el mundo desde la perspectiva de un diseñador». Esta explicación de Sandy Speicher, directora ejecutiva de IDEO (la empresa “Interaction Design Foundation”), fue publicada recientemente en BBC Mundo y sienta las bases de la importancia que tiene este concepto para el mundo de los negocios. 

De hecho, Speicher, la nueva CEO de esta compañía de diseño global con sedes en Europa, Asia y Norteamérica responsable, destacó a la BBC que el design thinking se puede aprovechar “para involucrar a comunidades en diseñar mejores escuelas, mejores hospitales, sistemas de votación… ¡y tantas otras cosas! Especialmente en esta época de pandemia en la que hay tanto por diseñar y re imaginar”.

Algunos autores hablan de este tipo de diseño como: Human-centered design (diseño centrado en lo humano) ya que su mayor propósito es facilitar el diseño y desarrollo de productos y servicios de cualquier sector o industria, a través de la innovación humana como inspiración. 

La ITMadrid IT Business School resume en 5 las etapas que deben seguirse para llevar a cabo el Design thinking:

  1. Empatizar. Al ser una metodología basada en atender las necesidades de las personas, es fundamental conectar con otros y para ello, hay que realizar acercamientos que permitan conocer mejor a los clientes o usuarios. Algunas de las herramientas que pueden aprovecharse son las entrevistas de profundidad, los focus group, la observación y la creación de comunidades en redes sociales, como, por ejemplo, grupos de Facebook. 
  2. Definir. Este segundo paso consiste en delimitar el problema a resolver, es decir en estructurar eficientemente el objetivo que guiará el trabajo a desarrollar. Para lograr esto será necesario evaluar el contenido recopilado durante los acercamientos con la audiencia, así como comparar con estudios de mercado existentes.
  3. Idear. Esta etapa se resume en “Innovación”, ya que será el proceso en el que todo el equipo deberá plantear tantas soluciones e ideas como considere posible para darle respuesta al problema planteado y así atender a las necesidades de las personas. Es fundamental no tener restricciones creativas en este proceso porque de las ideas más descabelladas pueden surgir grandes soluciones. 
  4. Prototipar. Una vez seleccionada la “Idea ganadora” se debe ejecutar, es decir, a producir un prototipo que permita poner a prueba la solución desarrollada. Este proceso se trata de comprobar cuán viable y manejable es una idea, así como de probar su funcionamiento.  
  5. Probar. La última etapa del Design thinking se trata de dar a conocer el prototipo desarrollado para conocer el feedback de las personas que finalmente serán sus usuarios/consumidores. 

Pero ¿es posible adaptar esta metodología basada en el diseño a cualquier industria o sector comercial? 

De acuerdo con Sandy Speicher, “cuando aplicas el Design thinking a un negocio empieza a cambiar la manera de trabajar”, ya que promueve la colaboración y el desarrollo de ideas. Es en ese sentido, que se ha convertido en una pieza fundamental para múltiples aspectos de las empresas, ya que permite, potenciar el trabajo en equipo y le da voz a miembros del equipo que tal vez antes no expresaban sus ideas.

Algunas de las áreas en las que el Design thinking apoya a los dueños de empresas son:

  • Impulsar la sustentabilidad en los negocios
  • Implementar estrategias digitales internas y para los clientes 
  • Resolución de retos 
  • Optimización de productos y servicios
  • Generación de nuevas ideas

Es, en definitiva, una herramienta para potenciar la creatividad y como tal siempre será una gran aliada para cualquier negocio, marca o emprendimiento. Es como señala Saúl Loriente, fundador y CEO de Design Thinking España: «Una mentalidad innovadora es creativa, tiene iniciativa y no le da tanto miedo equivocarse. A una mentalidad creativa le gusta explorar nuevas relaciones entre cosas, trabaja en equipo y no da nada por sentado».

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