Como escribió el destacado teórico de la gestión empresarial y profesor, Henry Mintzberg: «La estrategia es un patrón en una corriente de decisiones». Esto quiere decir, que tener pensamiento estratégico es sinónimo de mantener el foco frente a la búsqueda de soluciones y la ejecución de planes y proyectos.

Como concepto general, una estrategia es una serie de pasos ordenados o un conjunto de medidas tomadas para lograr un fin concreto. Su importancia radica en que permite estructurar y organizar las respuestas dada y procedimientos predeterminados para atender cualquier necesidad dentro de una organización. Específicamente, dentro de una empresa es importante diseñar estrategias para hacer frente a los errores, conflictos y problemas que, sin ninguna duda, surgirán en el camino.

Existen diversos tipos de estrategias relacionadas con los negocios. Son aquellas que optimizan el funcionamiento de cualquier empresa y generan planificación dentro de una empresa. A continuación, les presentamos cuatro tipos macro de estrategias que toda empresa debe implementar para obtener resultados exitosos.

1. Estrategias funcionales. Se centran en el objetivo que queremos obtener. Las medidas se dirigirán, por lo tanto, a áreas específicas, a operaciones focalizadas como unidades individuales. Son las estrategias que se adoptan cuando se quieren atacar, por ejemplo, conflictos laborales que surgen al terminar un contrato o proyecto, deficiencias en el material de trabajo o en la infraestructura que ralentizan la cadena de producción, y en general conflictos puntuales que deben ser abordados.
2. Estrategias operacionales. Son para abordar los procesos y la optimización de las cadenas de mando. Se adoptan para actualizar y optimizar los protocolos de trabajo o para eliminar barreras que atentan contra la fluidez de los procesos. Muchas veces abarca también la reasignación de las tareas de cada empleado para que todo funcione mejor. Asimismo, la optimización de los recursos y la modernización de los métodos de trabajo deben ser contemplados con este tipo de estrategias.
3. Estrategias organizacionales. La empresa es una suma de partes, y para que funcione de una manera óptima cada parte debe cumplir de la mejor manera su trabajo. Las estrategias organizacionales se encargan de ordenar y reorganizar cualquier aspecto de la línea jerárquica que no esté llevando a cabo su tarea de forma óptima. Aquí es donde toca aplicar las medidas para que cada empleado realice solo las funciones que le corresponden y no las que están fuera de su especialidad, eliminar puestos que no sean cruciales para el funcionamiento de la empresa, recortar gastos y recompensar a los empleados destacados.
4. Estrategias publicitarias y de marketing. El de la publicidad es todo un mundo aparte a la hora de adoptar estrategias ya que abarca desde la imagen de una marca hasta los hábitos de consumos de los clientes y potenciales consumidores. Mejorar la imagen de una empresa mejora su productividad exponencialmente, y hay que dedicar mucho tiempo y recursos al marketing y tratarlo como un área aparte de todas las demás. Uno de los elementos indispensables que deben integrarse al hablar de estrategias y marketing es el análisis de datos tanto de ventas como detalles relacionados con las personas que consumen los productos o servicios de la marca. Conocer y analizar esta data permite tomar decisiones eficaces para mejorar las ventas y la productividad de una empresa.

En conclusión, el pensamiento estratégico está definido por la suma de acciones concretas y bien razonadas que se toman para avanzar en la consecución de los resultados de una empresa. Y es que desarrollar estrategias exitosas es el resultado de planificación, pruebas y decisiones; es decir, se trata de ensayar, errar y corregir.