Por segundo año consecutivo Coca-Cola volverá a quedarse fuera de la Super Bowl. Además, la multinacional de bebidas refrescantes no tiene previsto lanzar tampoco ninguna campaña global durante los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebran el próximo mes de febrero de Pekín.

Una portavoz de Coca-Cola confirmó en declaraciones a la NCB que la marca se ausentaría en las pausas publicitarias de la Super Bowl el próximo 13 de febrero. En su lugar la compañía prevé priorizar otros eventos deportivos celebrados al otro lado del charco como la carrera automovilística NASCAR y el campeonato de baloncesto «March Madness» de la NCAA.

En cuando a las Olimpiadas de Invierno, Coca-Cola ha evitado hacer comentarios al respecto, pero parece que la marca no estará del todo ausente en Pekín 2022. Únicamente renunciará a anunciarse en televisión durante la retransmisión del evento.

La decisión de Coca-Cola de renunciar a su presencia en las pausas publicitarias de Pekín 2022 tiene un lugar en un momento en que los sponsors de la cita olímpica están bajo el escrutinio por la vulneración sistemática de los derechos humanos que tiene lugar en el país anfitrión de las próximas Olimpiadas de Invierno.

Esta circunstancia ha forzado a algunos patrocinadores a apostar por un perfil bajo en sus acciones de marketing y publicidad con el foco puesto en Pekín 2022, asegura Jim Andrews, CEO de A-Mark Partnership Strategies, en declaraciones a AdAdge. A principios de este mes Andrews examinó las webs y otros propiedades de digitales de grandes sponsors como Coca-Cola, Airbnb, Intel, Procter & Gamble y Visa y no encontró virtualmente nada sobre las Olimpiadas.

Coca-Cola apostará por un perfil bajo en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín

«Cualquier cosa que haya visto ha sido absolutamente ínfima comparada con aquello a lo que estamos acostumbrados a ver», enfatiza Andrews. «Es una combinación del hecho de que los Juegos se disputen en China junto con todo lo que significa el COVID-19 para los Juegos Olímpicos en términos de participación de los fans y de la condensación del calendario, puesto que solo han pasado unos pocos meses de las Olimpiadas de Tokio«, argumenta Andrew. «Ha tenido lugar una tormenta perfecta de circunstancias en modo alguna halagüeñas», añade.

Para Coca-Cola no resulta en todo caso inusitado apostar por un perfil bajo en los Juegos Olímpicos de Invierno, sobre todo en comparación con los Juegos Olímpicos de Verano, cuando la marca hace un gran esfuerzo para acaparar un buen número de focos en el plano publicitario. Así y todo, su ausencia en la televisión durante el evento olímpico resulta inevitablemente conspicua y pone en evidencia los problemas que está teniendo actualmente la NBC, que retransmitirá Pekín 2022, para vender los espacios publicitarios vinculados a la cita deportiva.

Mucho más fácil lo está teniendo la NBC para vender su inventario publicitario directamente emparentado con la Super Bowl, que se habría agotado ya.

Hasta el año pasado, cuando Coca-Cola eludió su tradicional cita anual con la final de la NFL, la marca se anunció ininterrumpidamente cada año en la Super Bowl en el periodo comprendido entre 2006 y 2020.

Conviene recordar que Coca-Cola se encuentra actualmente en una fase de transición y se está adaptando a un nuevo modelo de gasto y de agencia. En noviembre del año pasado el gigante de Atlanta fichó a WPP para gestionar sus cuentas de creatividad, medios, datos y tecnologías en más de 200 países.

En el hecho de Coca-Cola haya evitado anunciarse este año en la Super Bowl habría influido además la circunstancia de que la marca no tiene en realidad nuevos productos que presentar en sociedad al público.

En la Super Bowl Coca-Cola debe bregar asimismo con el hecho que su principal competidor, Pepsi, engulle buena parte de los flashes en este evento deportivo en calidad de sponsor del show del medio tiempo. Además, el máximo rival de Coca-Cola es también patrocinador oficial de la NFC y tiene lazos comerciales con un buen número de equipos de la liga.

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