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Cómo venderle a cada tipo de cliente

Cómo venderle a cada tipo de cliente

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A la hora de diseñar cualquier campaña de marketing, y más si se trata de marketing digital, es indispensable conocer los tipos de clientes con los que uno se puede encontrar.

Claro que tal vez no todos los tipos de clientes que mencionaremos encajen con el target habitual de su empresa, pero seguramente identificará a varios tipos entre los que leerá a continuación:

El consumidor clásico. Disfruta la experiencia de ver “en vivo” el producto que quiere adquirir. Es un cliente informado que busca características específicas en un producto. Generalmente comprará los productos de marcas reconocidas y con las que ya ha tenido algún tipo de experiencia.
Para llegar a él es importante que incluya en su oferta marcas de prestigio, y hablarle con claridad a la hora de inventariar los beneficios y limitaciones de cualquier producto. Con este tipo de cliente es mejor no insistir ante una negativa, hay que limitarse en brindarle siempre la mejor atención, pero sin resultar intrusivo.

El consumidor indeciso. Antes de cerrar una compra, este tipo de cliente se pasea por una infinidad de opciones, físicas u online. Cualquier aspecto negativo del producto le bastará para que lo rechace. Busca asesoría y quiere conocer al detalle sobre aquello en lo que gastará su dinero.
A este cliente hay que ofrecerle ayuda durante todo el proceso de venta. Hay que mostrarse atento a los detalles: una tienda ordenada o una página web impoluta y fácil de navegar, además de ofrecerle varias alternativas de pago y buenas promociones. También es ideal que trate con vendedores especializados.

El consumidor compulsivo. Siempre está listo para concretar una compra, y tiene a la tarjeta de crédito como su mejor aliado. Es el que más reacciona a estímulos visuales o auditivos. Es el cliente ideal para cualquier empresa porque es fácil de conquistar, de lograr ese “amor a primera vista”. Mantener su interés de forma sostenida en el tiempo, sin embargo, no es tan fácil.
Actualiza constantemente tu oferta de productos e incluso la presentación de los mismos. Ofrece descuentos y promociones, sobre todo para clientes habituales, eso le encantará. Y asegúrate de que en ningún caso lo perderás por una mala experiencia de compra.

El consumidor emocional. Se deja guiar por su estado de ánimo en el momento de comprar, adquiere productos o deja de adquirirlos según el humor que tenga ese día en concreto.
Con él hay que buscar la manera de generar una conexión emocional, hacerles sentir queridos y valorados y tenerles especial paciencia. Una forma de lograr esta conexión es diseñando programas recompensa o membresías que premien su fidelidad con algún producto o servicio exclusivo.

El cazador de ofertas. Su modo de actuar es bien sencillo: simplemente busca las mejores ofertas y están siempre a la caza de promociones. Son buenos conocedores de las marcas y, claro, de los precios de cada cosa.
Con él hay que promocionar las ventajas competitivas del producto y ofrecerle mejores costos a través de suscripciones o membresías. Y también mantenerse diseñando productos exclusivos.

El consumidor proactivo. Es el que se involucra con las marcas, y quiere ser el primero en probar sus nuevos productos y servicios. Participa mucho en la sección de comentarios comentando sobre los mismos y proponiendo algunos que deberían crearse. Su opinión debe ser tomada en cuenta especialmente porque nace de un genuino interés porque la marca mejore.
Aprovechando a este tipo de consumidor es aconsejable realizar estudios de mercado o encuestas y ofrecerle descuentos por su participación en los mismos. También conviene generar un seguimiento poscompra para conocer su opinión y utilizar las redes sociales como un canal de comunicación permanente con ellos.

A la hora de diseñar cualquier campaña de marketing, y más si se trata de marketing digital, es indispensable conocer los tipos de clientes con los que uno se puede encontrar.

Claro que tal vez no todos los tipos de clientes que mencionaremos encajen con el target habitual de su empresa, pero seguramente identificará a varios tipos entre los que leerá a continuación:

El consumidor clásico. Disfruta la experiencia de ver “en vivo” el producto que quiere adquirir. Es un cliente informado que busca características específicas en un producto. Generalmente comprará los productos de marcas reconocidas y con las que ya ha tenido algún tipo de experiencia.

Para llegar a él es importante que incluya en su oferta marcas de prestigio, y hablarle con claridad a la hora de inventariar los beneficios y limitaciones de cualquier producto. Con este tipo de cliente es mejor no insistir ante una negativa, hay que limitarse en brindarle siempre la mejor atención, pero sin resultar intrusivo.

El consumidor indeciso. Antes de cerrar una compra, este tipo de cliente se pasea por una infinidad de opciones, físicas u online. Cualquier aspecto negativo del producto le bastará para que lo rechace. Busca asesoría y quiere conocer al detalle sobre aquello en lo que gastará su dinero. 

A este cliente hay que ofrecerle ayuda durante todo el proceso de venta. Hay que mostrarse atento a los detalles: una tienda ordenada o una página web impoluta y fácil de navegar, además de ofrecerle varias alternativas de pago y buenas promociones. También es ideal que trate con vendedores especializados.

El consumidor compulsivo. Siempre está listo para concretar una compra, y tiene a la tarjeta de crédito como su mejor aliado. Es el que más reacciona a estímulos visuales o auditivos. Es el cliente ideal para cualquier empresa porque es fácil de conquistar, de lograr ese “amor a primera vista”. Mantener su interés de forma sostenida en el tiempo, sin embargo, no es tan fácil.

Actualiza constantemente tu oferta de productos e incluso la presentación de los mismos. Ofrece descuentos y promociones, sobre todo para clientes habituales, eso le encantará. Y asegúrate de que en ningún caso lo perderás por una mala experiencia de compra. 

El consumidor emocional. Se deja guiar por su estado de ánimo en el momento de comprar, adquiere productos o deja de adquirirlos según el humor que tenga ese día en concreto.

Con él hay que buscar la manera de generar una conexión emocional, hacerles sentir queridos y valorados y tenerles especial paciencia. Una forma de lograr esta conexión es diseñando programas recompensa o membresías que premien su fidelidad con algún producto o servicio exclusivo. 

El cazador de ofertas. Su modo de actuar es bien sencillo: simplemente busca las mejores ofertas y están siempre a la caza de promociones. Son buenos conocedores de las marcas y, claro, de los precios de cada cosa. 

Con él hay que promocionar las ventajas competitivas del producto y ofrecerle mejores costos a través de suscripciones o membresías. Y también mantenerse diseñando productos exclusivos.

El consumidor proactivo. Es el que se involucra con las marcas, y quiere ser el primero en probar sus nuevos productos y servicios. Participa mucho en la sección de comentarios comentando sobre los mismos y proponiendo algunos que deberían crearse. Su opinión debe ser tomada en cuenta especialmente porque nace de un genuino interés porque la marca mejore. 

Aprovechando a este tipo de consumidor es aconsejable realizar estudios de mercado o encuestas y ofrecerle descuentos por su participación en los mismos. También conviene generar un seguimiento poscompra para conocer su opinión y utilizar las redes sociales como un canal de comunicación permanente con ellos.

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